Una de las nocciones básicas del jugador del World of Warcraft es que en sus inicios allá cuando Terrallende sólo estaba habitada ellos y los draenei. Con la llegada de los demonios de la Legión Ardiente, el equilibrio entre las dos razas cambió.
Poco a poco, los demonios se apoderaron de la mente con promesas de poder, del principal chamán de la Horda y de su aprendiz. Ellos, engañaron al resto de jefes para que bebieran la sangre de Mannoroth (viejo conocido de los jugadores habituales) y con ello, a pesar de ganar poderes sobrenaturales, se convirtieron en esclavos.
Pero, ¿qué hubiera pasado si Grommash, el jefe que aceptó la sangre del demonio, se hubiese negado? Se descubrirá a partir del 13 de Noviembre con el lanzamiento de la nueva expansión: Warlords of Draenor
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